martes, 14 de octubre de 2014

Paciencia. Delicadeza. Ternura. Humanidad


Paciencia. Delicadeza. Ternura. Humanidad





Paciencia. Delicadeza. Ternura. Humanidad. Un nuevo lenguaje y una nueva actitud ante tantas situaciones complejas en las familias. "Las personas homosexuales tienen dones y cualidades para ofrecer a la comunidad cristiana: ¿estamos en grado de recibir a estas personas, garantizándoles un espacio de fraternidad en nuestras comunidades? A menudo desean encontrar una Iglesia que sea casa acogedora para ellos..." Muy, muy buenas noticias desde el Vaticano.

¿Cómo vive el Papa Francisco su primer sínodo?


La imagen ha dado la vuelta al mundo esta semana pasada: desde la casa Santa Marta, a cuatro pasos de la sala del sínodo, Francisco llega y se va a pie, solo o acompañado por uno o dos obispos o cardenales y siempre sin protocolo ni guardaespaldas. ¿Pero cómo está viviendo este sínodo, personalmente?
Asiste a todos los trabajos 
Llega temprano, a veces incluso antes de que los coches de los participantes lleguen al lugar, señala uno de ellos. Cuando entra en la sala, algunos padres van a saludarlo, a intercambiar con él algunas palabras, incluso bromas.
 Excepto el miércoles, día de la audiencia general, está presente desde la oración de apertura de la mañana (a las nueve) hasta la clausura (a las siete de la tarde).
Asiste a todos los trabajos, aunque tenga otros compromisos en la jornada, lo cual muestra la importancia que reviste este sínodo a sus ojos.
  Discreto, pero presente y a la escucha 
Él que ha alentado el debate y ha deseado libertad de palabra, no habla, pero escucha y toma notas. “No ha tomado nunca la palabra”, destaca la portavoz del grupo francófono, Romilda Ferrauto.
Según algunos testimonios, sólo dice “buenos días” por la mañana y “buen almuerzo” al mediodía.
Un día, explica Velérie Duval-Poujol, miembro de la delegación de las demás Iglesias cristianas, incluso dijo “buena siesta”, provocando una hilaridad general (y recordando así que este hombre tiene una energía poco común para sus casi 78 años).
 “No interviene, pero sin embargo no está estático”, añade Romilda Ferrauto. Se vuelve hacia unos y otros durante las intervenciones -destaca uno de los ponentes- y a veces se ríe después de un comentario con un toque de humor.
La opinión general es que se le siente muy presente, pero su presencia no es pesada, no impide la libertad de expresión.

Asaltado en la pausa para el café 
El primer día, los participantes se sorprendieron al verle participar en las pausas para el café, y estuvieron encantados.
En esos momentos de convivencia, se mezcla con la gente “que se agolpa y hace cola para darle la mano”, explica un miembro de la asamblea (¡incluso los que tienen ocasiones de verlo a menudo, lo cual molesta un poco a los demás!).


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