viernes, 5 de junio de 2015

7 de Junio. Día del Corpus


7 DE JUNIO EL CUERPO DE CRISTO-
YO ESTARÉ CON VOSOTROS TODOS LOS DÍAS...

En aquel tiempo, dijo Jesús a los judíos:

-«Yo soy el pan vivo que ha bajado del cielo; el que coma de este pan vivirá para siempre. Y el pan que yo daré es mi carne para la vida del mundo.»

Disputaban los judíos entre sí:
-«¿Cómo puede éste darnos a comer su carne?»
Entonces Jesús les dijo:

-«Os aseguro que si no coméis la carne del Hijo del hombre y no bebéis su sangre, no tenéis vida en vosotros. El que come mi carne y bebe mi sangre tiene vida eterna, y yo lo resucitaré en el último día.

Mi carne es verdadera comida, y mi sangre es verdadera bebida.
El que come mi carne y bebe mi sangre habita en mí y yo en él.
Juan 6, 51-58

Lectura de la primera carta del apóstol san Pablo a los Corintios 10, 16-17

Hermanos:
El cáliz de la bendición que bendecimos, ¿no es comunión con la sangre de Cristo? Y el pan que partimos, ¿no es comunión con el cuerpo de Cristo?


El Cuerpo de Cristo hoy
Lectura del libro del Deuteronomio 8, 2-3. 14b-16a
Moisés habló al pueblo, diciendo:
el camino que el Señor, tu Dios, te ha hecho recorrer estos cuarenta años por el desierto; para afligirte, para ponerte a prueba y conocer tus intenciones: si guardas sus preceptos o no.

Él te afligió, haciéndote pasar hambre, y después te alimentó con el maná, que tú no conocías ni conocieron tus padres, para enseñarte que no sólo vive el hombre de pan, sino de todo cuanto sale de la boca de Dios.
No te olvides del Señor, tu Dios, que te sacó de Egipto, de la esclavitud, que te hizo recorrer aquel desierto inmenso y terrible, con dragones y alacranes, un sequedal sin una gota de agua, que sacó agua para ti de una roca de pedernal; que te alimentó en el desierto con un maná que no conocían tus padres.» 

Eclesiastés Todo tiene su tiempo

Todo tiene su tiempo, y todo lo que se quiere debajo del cielo tiene su hora.

tiempo de nacer, y tiempo de morir; tiempo de plantar, y tiempo de arrancar lo plantado;

tiempo de matar, y tiempo de curar; tiempo de destruir, y tiempo de edificar;

 tiempo de llorar, y tiempo de reír; tiempo de endechar, y tiempo de bailar;
 tiempo de esparcir piedras, y tiempo de juntar piedras; tiempo de abrazar, y tiempo de abstenerse de abrazar;
 tiempo de buscar, y tiempo de perder; tiempo de guardar, y tiempo de desechar;
 tiempo de romper, y tiempo de coser; tiempo de callar, y tiempo de hablar;
 tiempo de amar, y tiempo de aborrecer; tiempo de guerra, y tiempo de paz.
 ¿Qué provecho tiene el que trabaja, de aquello en que se afana?


Tenemos en la vida dos momentos fundamentales: 
AHORA Y EN LA HORA DE NUESTRA MUERTE