Las religiosas del Sagrado Corazón celebramos hoy la fiesta de Santa Rosa Filipina
La vida contemplativa alimenta en Filipina el deseo de ir a las misiones y atraída por la Eucaristía desde su juventud, pasa la noche de un Jueves Santo de 1806 en oración. Fruto de esa experiencia, le escribe a la Madre Barat: «Pasé la noche entera en el Nuevo Continente llevando el Santísimo Sacramento por todas partes… Tenía que hacer tantos sacrificios: una madre, hermanas, parientes, mí montaña … Cuando me diga: “Te envío”, responderé en seguida: “Voy”». Sin embargo, tiene que esperar otros 12 años.
En 1818 el sueño de Filipina se ve realizado. El Obispo del territorio de Louisiana buscaba una congregación de religiosas para ayudarle a evangelizar a los niños franceses e indios de su diócesis, y Fílipina es enviada a responder a esta llamada.
Hoy siguiendo la llamada de Rosa Filipina, las Religiosas del Sagrado Corazón estamos en 45 países del mundo
Más al norte, cerca de Moroto, me encuentro con Paulina López Ridruejo, una religiosa del Sagrado Corazón que lleva cuarenta años en Karamoja. He quedado con esta misionera soriana sin más programa previo que acompañarla allá donde vaya. Para nuestra sorpresa, pone rumbo hacia un pequeño poblado. Y, además, lo hace a un ritmo que cuesta seguir.
Nuestro destino resulta ser Rupa, un pequeño y típico poblado karimoyón rodeado por una cerca de ramas y espinos para protegerse de animales salvajes y visitas indeseables. Sólo se puede acceder atravesando pequeñas puertas que requieren ser ágiles como Paulina o entrar a gatas o de rodillas.
El porqué de llegar a Rupa se desvela al fin: Paulina quiere visitar a Natalina, una joven que ha vivido una trágica aventura, muy a su pesar: “un grupo de guerreros que no había podido robar el ganado del clan vecino, descargó su munición contra un grupo de chicas en el que iba Natalina. Las demás murieron. Ella se quedó ciega”.
Paulina salvó la vida a la chica y consiguió llevarla a un centro de educación para niños ciegos que está a cinco horas de camino de su poblado. Ahora Natalina está feliz.
Hoy siguiendo la llamada de Rosa Filipina, las Religiosas del Sagrado Corazón estamos en 45 países del mundo
Desde Haití
Karamoja:
entre el hambre y el olvido
Nuestro destino resulta ser Rupa, un pequeño y típico poblado karimoyón rodeado por una cerca de ramas y espinos para protegerse de animales salvajes y visitas indeseables. Sólo se puede acceder atravesando pequeñas puertas que requieren ser ágiles como Paulina o entrar a gatas o de rodillas.
El porqué de llegar a Rupa se desvela al fin: Paulina quiere visitar a Natalina, una joven que ha vivido una trágica aventura, muy a su pesar: “un grupo de guerreros que no había podido robar el ganado del clan vecino, descargó su munición contra un grupo de chicas en el que iba Natalina. Las demás murieron. Ella se quedó ciega”.
Paulina salvó la vida a la chica y consiguió llevarla a un centro de educación para niños ciegos que está a cinco horas de camino de su poblado. Ahora Natalina está feliz.
Religiosas del Sagrado Corazón de Jesús
La Apertura del Centro de Salud
ESCOGE LA VIDA para el Cuidado de
las Personas Seropositivas
El sábado 22 de marzo del 2014 se abrió el primer centro para las personas que viven con el SIDA en Moroto en la región de Karamoja, Uganda. A partir de ahora, este será el lugar donde se desarrollarán las múltiples actividades del Centro de salud “Escoge la Vida”.
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